Capillas destacadas
Partes de la Catedral / Capillas destacadas
Capilla de Santa Tecla
Concebida como un templo de planta central cruciforme y gran cúpula, se erigió entre 1760 y 1775 en honor a santa Tecla de Iconio, titular de la Catedral y patrona de Tarragona, con el fin de custodiar la reliquia del brazo de la santa. El barroco clasicista predomina en el conjunto, obra del arquitecto Josep Prat y el escultor Carles Salas. La capilla está recubierta de jaspes, mármoles y otros materiales preciados que enmarcan tres grandes bajorrelieves con escenas de la vida de santa Tecla en los laterales y su apoteosis en el centro, bajo la cual se sitúa el tabernáculo dorado destinado a contener la reliquia, muy venerada por los tarraconenses.
Capilla de la Inmaculada Concepción
Modelo del barroquismo más recargado, presenta planta cruciforme, cúpula semiesférica y cabecera absidal. Fue erigida por el canónigo Diego Girón de Rebolledo como panteón familiar y proyectada en 1674 por fray Josep de la Concepció.
El espacio se concibió como una obra de arte total en la que confluían e interactuaban la arquitectura, la escultura y la pintura, involucrando a los mejores artistas catalanes del momento: la construcción fue dirigida por los maestros de obras Francesc Portella, padre e hijo, y Joan Costas. Francesc Grau y Domènec Rovira el Joven se encargaron de la decoración escultórica del magnífico retablo salomónico y sobredorado, así como de los sepulcros del fundador y su familia, en los que se representan las virtudes teologales y las artes liberales. La pictórica corrió a cargo de Francesc Tramulles y Josep Juncosa, que elaboraron un ciclo dedicado a pasajes de la vida de la Virgen María, a la cual está consagrada la capilla.
Capillas de San Fructuoso y San Juan Evangelista
Estas dos capillas gemelas fueron construidas en 1592 a expensas del arzobispo de Tarragona y virrey de Cataluña Joan Terès i Borrull. Proyectadas, como la vecina capilla del Santísimo, por el gran arquitecto renacentista Pere Blai, albergan en un arcosolio abierto en el muro entre los dos espacios el suntuoso monumento funerario del arzobispo promotor, ideado por el mismo Blai inspirándose en el templete del Bramante de San Pietro in Montorio, y ejecutado por Isaac Alfard Vermey y Agustí Bennàsser. El pequeño ábside de la capilla derecha contiene las imágenes de San Juan Evangelista, Santa Julia y Santa Eulalia, obra del mismo Bennàsser y Benet Baró, mientras que el de la capilla izquierda alberga tres esculturas de Baró que representan a los tres santos mártires tarraconenses de la Antigüedad, el obispo Fructuoso y los diáconos Augurio y Eulogio, quienes bajo el emperador Valeriano, el 21 de enero del 259, fueron condenados a la hoguera en el anfiteatro de Tárraco. El altar contiene parte de sus reliquias en una arqueta de plata, y los muros de la capilla están cubiertos con lienzos modernos con escenas de la vida y martirio de estos tres santos.
Bajo el pavimento de la capilla se ubica la cripta en la que descansa el arzobispo Francesc d’Assís Vidal i Barraquer, figura política de gran relieve a mediados del siglo XX. A su lado, una arqueta de plata contiene las reliquias de los sacerdotes tarraconenses martirizados durante la Guerra Civil, recientemente beatificados.