Museo Diocesano de Tarragona
Partes de la Catedral / Museo Diocesano de Tarragona
El Museo Diocesano de Tarragona nació en 1914 por voluntad del arzobispo Antolín López Peláez a partir de la colección artística archidiocesana y algunas importantes donaciones de prelados y del mismo capítulo catedralicio. Los fondos del museo están compuestos por más de 10.000 obras, de las cuales se exponen tres centenares.
El relato del museo arranca con una selección de las piezas arqueológicas más importantes, entre las que destacan el frontal de un sarcófago dedicado a Apolo y las musas, el cipo funerario del auriga Eutiques y un arco de herradura procedente de Medina Azahara. Continúa con una muestra de escultura románica, tanto decorativa como funeraria y devocional, situada en el incomparable marco del refectorio de los canónigos del siglo XII.
La capilla del Corpus Christi
La capilla del Corpus Christi, antigua sala capitular, alberga la pinacoteca gótica, la más importante del sur de Cataluña, en la que se pueden admirar joyas como las sargas del relicario de Santa Tecla, procedentes de la misma Catedral, la tabla central del retablo de los Santos Juanes de Vinaixa, de Bernat Martorell, o el retablo de Alcover, de Jaume Ferrer II. Las extraordinarias tablas de la Anunciación de Jaume Huguet y la Natividad de Vicent Macip, maestro de Cabanyes, culminan la colección y enlazan con el arte renacentista y barroco presente en las siguientes salas, con la Resurrección de Vallespinosa de Pietro Paolo da Montalbergo, la Piedad de Antoni Viladomat o el Martirio de San Fructuoso de Josep Juncosa.
Sala capitular barroca
El itinerario se cierra en la sala capitular barroca, en la que se encuentra el enorme tapiz llamado de la Buena Vida o de las Potestades, del siglo XV y procedente de los talleres de Arrás, en el norte de Francia, con una alegoría del buen gobierno, las artes y las virtudes, que fue donado a la Catedral por el arzobispo Heredia, gobernador de Roma y presidente de la Generalitat. Una muestra de imaginería barroca acompaña al tapiz, con obras exquisitas de los Bonifàs o las monumentales imágenes salidas de la gubia de Antoni Pallàs.
Otras piezas destacables del Museo Diocesano son la Biblia de Escaladei, un manuscrito iluminado del siglo XIII cuyas páginas están repletas de curiosas miniaturas, o la custodia modernista de Bernardí Martorell, discípulo de Antoni Gaudí, repleta de filigranas doradas que cuelgan del baldaquino y enmarcan el ostensorio erizado de alas angélicas y engarzado de joyas.