Retablo mayor
Partes de la Catedral / Retablo mayor
El retablo mayor, obra en alabastro policromado y pasta de vidrio de Pere Joan, esculpido entre 1426 y 1434, es un magnífico exponente de la escultura gótica catalana. Un gran zócalo de piedra caliza sustenta la estructura, decorado con escenas ejemplarizantes acompañadas de motivos vegetales y los emblemas de los arzobispos Dalmau de Mur, su promotor, y Pere Sagarriga, su impulsor.
Sobre el zócalo, una predela de bella factura muestra seis escenas de la vida y martirio de santa Tecla: la joven escuchando predicar a san Pablo en su Iconio natal, los distintos martirios fallidos a los que se vio sometida y, finalmente, el descubrimiento y traslado de la reliquia de su brazo, que llegaría a la ciudad en 1321 desde Armenia Menor gracias a la intercesión del rey Jaime II.
Los relieves están separados por montantes coronados de pequeños pináculos y doseles que cobijan a santas vírgenes y mártires: Catalina, Bárbara, Lucía, Eulalia de Barcelona, Águeda, Anastasia, Cecilia e Inés. En el centro del retablo figura la imagen de la Virgen con el Niño flanqueada por las tallas de Santa Tecla y San Pablo; alrededor, doce relieves que reproducen escenas de la infancia de Jesús y de su pasión, resurrección y ascensión, así como del Pentecostés y la coronación de la Virgen.
La parte superior del retablo está protagonizada por tres grandes esculturas exentas: en el centro, la Virgen María, flanqueada por santa Tecla y san Pablo. Cada una se encuentra bajo un altísimo pináculo calado y sobredorado. Doce relieves con escenas del Nuevo Testamento ocupan los paneles entre las imágenes.
A ambos lados del retablo, formando parte de su misma estructura, se encuentran dos puertas con elegantes celosías flamígeras coronadas por dos ménsulas donde reposan las imágenes de San Olegario y San Fructuoso, arzobispos de Tarragona. Sobre los frontispicios figuran las imágenes de los arcángeles San Miguel y San Rafael talladas por Perris Ostris y policromadas y estofadas por el pintor italiano Pietro Paolo da Montalbergo durante la segunda mitad del siglo XVI.
Sepulcro de Juan de Aragón
A la derecha del retablo se encuentra el sepulcro marmóreo de Juan de Aragón y Anjou, infante real hijo de Jaime II y Blanca de Nápoles, patriarca de Alejandría y arzobispo de Toledo y Tarragona, quien ofició la consagración de la Catedral en 1331. El sarcófago es obra del círculo del escultor sienés Tino di Camaino. Se sustenta sobre dos leones y está rodeado de las imágenes de los patronos de la ciudad, Santa Tecla y San Fructuoso, y tres santos emparentados con el arzobispo, Santa Isabel de Hungría, San Luis Obispo y San Luis Rey. Justo encima, el alma del difunto, socorrida por dos ángeles, se eleva hacia Dios Padre. Un arcosolio con tracería enmarca la tumba, sobre la cual se encuentra el reconditorio o armario relicario donde se custodiaba la reliquia del brazo de santa Tecla hasta la construcción de la nueva capilla, en el siglo XVIII.
Sobre el mausoleo se halla, bajo un gablete apuntado, la hornacina ajimezada que, hasta el asedio a la Catedral por las tropas napoleónicas, guardó el primitivo relicario del brazo de santa Tecla. Esta hornacina cobija en la actualidad diversas reliquias.